16/7/16

Les limites de l'humour

El otro día se lió la marimorena por un tweet que publiqué inspirado por los trágicos sucesos ocurridos en Niza. Aunque me da un poco de rabia tener que recuperar mi blog para reflexionar sobre el tema, creo que vale la pena analizar lo sucedido y que nos calmemos todos un poco (o no).

Nos ponemos a ello después del salto.



Por tierra, mar y aire y Facebook y Twitter me llegaron comentarios negativos* y, antes de entrar al trapo, debo decir que me alegra que mis historias os hagan reaccionar de uno manera u otra. Últimamente me estaba cuestionando sobre el poder real de las redes sociales (al menos en mi limitado ámbito) y sin querer me habéis animado a seguir adelante. Al fin y al cabo, todo acto de comunicación implica bidireccionalidad entre emisor y receptor.


Igualmente ¿No os parece que exagerásteis un poquitín? Parece mentira que no me conozcáis y que penséis que voy a malas o para aprovecharme de la publicidad o lo que sea. Si hubiera querido aprovecharme del rebufo habría utilizado alguno de los hashtags habilitados para la ocasión, pero el activismo de salón me da un poco de asco. Eso sí que es block & guardia civíl.

Un concepto bastante manoseado es el que encabeza este texto ‘Los límites de humor’ ¿De que se pueden hacer chistes? ¿Se vale realmente todo? ¿Es que los humoristas no tienen corazón?
Uno de las personas que mejor ha hablado del tema es el gran David Pareja, un todoterreno de la risa, que sabe de qué va todo eso de hacernos click en una neurona y que nos provoque algo. En un tweet nos resume de que se puede hacer mofa y de que no y recomiendo perderse en su canal de Vine donde ha tocado el tema en más de una ocasión.
También hablé de ello con Xavi Daura en el 2014 a raíz de la censura de una de las portadas de ‘El Jueves’ y me soltó una perla que creo que deja sin argumentos al más pintado “Si el chiste es bueno, en el humor todo se vale”

Aunque yo no puedo a llegar a decir que soy humorista, ya que aún no me han pagado por ninguno de mis chistes (aunque alguna cena y lo-que-surja si que me he cobrado...), puedo afirmar con rotundidad que el humor es algo que me tomo muy en serio.

Uno de mis compañeros de trabajo, Andrés, después de comentarle lo sucedido, me dijo: “Lo peor que puedes hacerle a un terrorista es, precisamente, sacar algo de risa en lo sucedido”. Y estoy de acuerdo.
El objetivo de un terrorista, por definición, es sembrar el caos, el descontrol, el MIEDO entre la sociedad a la que decide atacar ¿No es entonces el humor la mejor arma contra estos desgraciados acontecimientos?
Yo creo en mi chiste y pienso que está bien construido. Me provoca la risilla floja la imagen de alguien equiparando una tragedia de tamaña magnitud con un suceso tan chabacano como la pérdida de una final deportiva y, por otro lado, utilizar el determinante 'esto' para describir que algo ha pasado, pero que es la audiencia quien tiene que ponerlo en situación, me parece una carambola digna de enjoyar y vestir.

En definitiva, que a veces se tiene la piel muy fina y parece mentira que no sepáis que una democracia se mide por la libertad de expresión que tienen los miembros que la forman. 


Y, si no os gusta que la gente diga la suya, podéis apuntaros al DAESH que después de lo Niza creo que tienen una vacante disponible.


*Cualquier afectado por mis comentarios jocosos será indemizado con una cerveza de lata y otro chiste de igual o peor calidad que el anterior.

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